05/12/2023

El cooperativismo en Chile en el siglo XIX. Bases para su estudio como parte del movimiento social-obrero y artesanal

por Mario Radrigán Rubio [1]

La primera Ley General de Cooperativas de Chile se dicta en el país el año 1924, pero los primeros registros disponibles a la fecha indican que las primeras cooperativas se crean en Santiago el año 1863. Por lo tanto, el cooperativismo en Chile se crea y desenvuelve durante 60 años sin un marco legal que las regule ni políticas públicas que las promueven o supervisen, en lo que podríamos llamar una etapa de desarrollo autónomo y autogestionado. Sobre este período se enfoque el presente texto.

Hasta hace pocos años se tenía como referencia clásica que la primera cooperativa constituida en Chile correspondía a la Cooperativa de Consumo de los Trabajadores de Ferrocarriles del Estado, fundada el año 1904, tal como se señala en el texto de Alberto Gross (1977) y de CEPAL (1989).

Sin embargo, en la actualidad se cuenta con la información para la constitución de las primeras cooperativas en Chile, a dos cooperativas de trabajo constituidas en Santiago de Chile por zapateros y sastres en el año 1863, tal como se registra en la prensa de la época, a las cuales se refiere el historiador Sergio Grez en su libro “De la Regeneración del Pueblo a la Huelga General. Génesis y evolución histórica del Movimiento Popular en Chile: 1810-1890” (Grez, 1997: 434), ambas iniciativas, al igual que otras, promovidas por el matemático y profesor de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, Ramón Picarte.

Posterior a estas primeras iniciativas, al menos según las fuentes hasta ahora disponibles, hay que avanzar hasta el año 1877 para ver la constitución de una nueva cooperativa, esta vez de consumo, denominada “Unión y Fraternidad de los Trabajadores”, que en la práctica y en función de los antecedentes disponibles pretendía finalmente desarrollarse como una cooperativa multiactiva ampliando su giro a la generación de empleo y crédito para el mundo popular, todo ello como parte de una acción promovida por el líder del sector popular y artesanal Fermín Vivaceta (Vivaceta, 1877), organización de la cual incluso se dispone del nombre de sus socios y socias fundadores/as.

Podemos leer en este texto de Vivaceta los siguientes conceptos dirigidos a los trabajadores del puerto de Valparaíso:

Señores: Asunto mui importante es para el pueblo obrero de nuestro país, poner en práctica los arbitrios conducentes para impedir el creciente estado de atraso i pobreza que se hace sentir entre muchos trabajadores.

Por más que parezca estemporáneo la iniciativa de esta empresa en estos angustiosos dias de una crisis que todo se hace imposible por el mal estado de los negocios. Sin embargo, siempre que ha sido necesario remediar las grandes necesidades, esto se consigue por la unión de los hombres de buena voluntad que, sobreponiéndose a las dificultades con el vigor moral i la constancia, propagan el bien y el adelanto del pueblo.

El sistema empleado con buen éxito en otras naciones en donde las crisis industriales son mil veces más terribles para los trabajadores que las que se han esperimentado en Chile, han sido las asociaciones populares de trabajadores, organizando trabajos societarios para evitar que muchas familias de obreros se vean en la necesidad de recurrir a la subsistencia por la caridad pública.

Con la denominación de sociedades cooperativas de producción i de consumos, se ha conseguido no solo prestar los recursos que se requieren para salvar de la miseria a las clases trabajadoras en épocas de estraordinarias calamidades públicas, sino que también se aprovecha la oportunidad de establecer principios verdaderamente útiles i conducentes para perpetuar los hábitos de organización social e individual en las clases trabajadoras.

En esta clase de asociaciones, el capitalista como el obrero i el industrial, todos se prestan mutuos servicios i acrecientan su fortuna… (Vivaceta, 1877: 2-3)

Tal como se señala en el trabajo realizado por Radrigán y Del Campo (1998a), el año 1887 se registra la constitución de una nueva cooperativa de consumo en la ciudad Valparaíso, la Cooperativa La Esmeralda, identificándose en esta obra un antecedente previo data del año 1875 y se encuentra en un folleto que abogaba por la creación de una cooperativa asociada a la Sociedad Francisco Bilbao.

Tal como se desprende de los párrafos anteriores, se pueden encontrar antecedentes que el surgimiento original del cooperativismo en nuestro país tiene directa relación con el movimiento social y obrero de la segunda mitad del siglo XIX, entre cuyos líderes y gestores existían diversos vasos comunicantes.

Lenta pero progresivamente se fue desarrollando la concentración urbana y las primeras señales de organización industrial del trabajo, que tienen su expresión en las compañías mineras de las regiones del norte grande y chico, y que generan como resultado el desarrollo de una población asalariada, testigo evidente de la revolución industrial en ciernes.

Si bien en los primeros años del siglo XX, el cooperativismo nacional se extiende hacia diversas clases sociales, es importante reconocer que el surgimiento del cooperativismo se encuentra indisolublemente ligado al movimiento obrero y social, el mismo que da origen, en el año 1853, a la Sociedad Unión de Tipógrafos, y que promueve hacia fines del siglo XIX la creación de mancomunales, sociedades de resistencia y los primeros sindicatos.

Repasando los antecedentes escritos de la época es importante relevar que en la mente de sus gestores y promotores no estaba solo la creación de organizaciones que permitieran mejorar la calidad de vida de sus asociados, hombres y mujeres, sino que revelan un planteamiento más general orientado a promover el desarrollo general país en base a la participación y democracia, con un sello solidario y de ayuda mutua.

En estos 160 años de existencia, el cooperativismo chileno ha pasado por diversas etapas, desafíos y escenarios, que en síntesis podemos reseñar de la siguiente forma, siguiendo en esto a Radrigán y Del Campo (1998): “El cooperativismo en Chile surge, como en la mayor parte de los países de la región, como una forma importada de Europa, ligado inicialmente al movimiento obrero o sindical, o a las clases populares”. Lo que en sí mismo señala una pista que permitiría desarrollar una profundización de estos vínculos, que logre, por una parte, identificar los vasos comunicantes concretos que dicen relación con liderazgos específicos, como también analizar las causas y razones que explican el surgimiento de determinados tipos de cooperativas en territorios y sectores económicos determinados, todo ello en un período de tiempo en que no existen estadísticas reales, pues las cooperativas se constituyen utilizando diversas formas jurídicas.

Sin embargo, ya a fines de esta etapa, a mediados de la década del 20 del presente siglo, en que se dicta la primera ley de cooperativas, el cooperativismo había adquirido una de las características que lo identificaron hasta el día de hoy: su alta heterogeneidad, en donde confluyen distintos grupos sociales y económicos, ampliándose su matriz original popular a la clase media (empleados públicos y particulares) y a la mediana y gran agricultura, especialmente en la zona sur del país.

Otro elemento presente en el surgimiento del sector cooperativo tiene que ver con la presencia de grupos de inmigrantes europeos, especialmente alemanes, españoles e italianos.

En este período, las cooperativas surgen por libre iniciativa de grupos de personas, sin que exista un ente y organización central o territorial que las promoviera, pero sí agentes o promotores individuales, de los cuales sí se sabe que recorrían diversas zonas del país promoviendo este tipo de entidades, como son Ramón Picarte, Fermín Vivaceta y Luis Emilio Recabarren, entre otros, tal como ya se ha reseñado.

Referencias

CEPAL (1989). Evolución del Cooperativismo en Chile”. En CEPAL (1989). Cooperativismo latinoamericano. Antecedentes y perspectivas. Ediciones de la CEPAL, Santiago de Chile

GREZ, S. (1997). De la “Regeneración del Pueblo” a la Huelga General. Génesis y evolución histórica del Movimiento Popular en Chile: 1810-1890”. Editorial RIL y DIBAM, santiago de Chile

GROSS, A. (1977). El Cooperativismo en Chile. Ediciones ICECOOP, Santiago de Chile.

RADRIGÁN, M. y Del Campo, P. (1998). El sector cooperativo chileno. Tradición, experiencias y proyecciones. Ediciones CONFECOOP, Santiago de Chile.

VIVACETA, F. (1877). Unión y Fraternidad de los trabajadores sostenida por las Asociaciones Cooperativas. Conferencia Dictada por Fermín Vivaceta. Imprenta del Deber, Valparaíso.

[1] Centro Internacional de Economía Social y Cooperativa (CIESCOOP) – Universidad de Santiago de Chile

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