De cartoneros a «empresarios» que levantan la basura en Nordelta
Creando Conciencia es una cooperativa de Benavídez integrada además por otras 22 personas, en su mayoría cartoneros. Hace dos años, habilitados por la empresa que administra el barrio, comenzaron a llevarse la basura reciclable que los vecinos dejaban en un contenedor en uno de los accesos. Y desde mayo recogen, casa por casa, toda la basura, también la que va a los rellenos sanitarios. En este tiempo los números terminaron por demostrar la importancia de la separación en origen de los residuos. Antes, el barrio privado Nordelta enviaba a enterrar 8 toneladas de basura por día y ahora sólo 3,2 toneladas. Y más del 50% de las casas participan del programa de reciclado. Según las estadísticas del barrio, en mayo la cooperativa se llevó 8.404 bolsas verdes y en octubre recogió 13.441.
«Sin concienciación es imposible pretender que la gente comience a reciclar», opina Walter Lizarazu (23), alma mater de Creando Conciencia. «La respuesta de la gente fue enormemente positiva. En uno de los barrios, La Alameda, el 60% de los vecinos hace la separación en origen», cuenta el ingeniero Pedro Segura, gerente general de la Asociación Vecinal Nordelta, que administra el barrio. «Es un modelo irreversible. Cuando se toma conciencia de la importancia del reciclado, que además en este caso genera trabajo para más de 20 personas, no hay forma de volver atrás», opinó. El barrio le paga a la cooperativa unos $ 24 por mes por vivienda por el servicio de recolección. La gente de Creando también trabaja en otro barrio cerrado de Tigre, el Santa Bárbara. En la planta de reciclado de plásticos la cooperativa procesa unas 75 toneladas al mes, que luego vende a diferentes fábricas.
Ex cartonero, Walter Lizarazu salió a revolver la basura cuando se desató la crisis de diciembre de 2001. «Si pudiéramos crecer o animar a otros a que formen sus propias cooperativas, lograríamos reciclar más y generar más trabajo para los cartoneros», se entusiasma. La cooperativa se sustenta con la venta de lo que reciclan, con el trabajo de recolección en los barrios, algunos préstamos otorgados por organismos extranjeros y un único subsidio de $ 6.000 que le otorgó el municipio de Tigre. Comenzaron tirando de carritos y hoy tienen tres camiones recolectores y una camioneta.
Más información: http://www.creandoconciencia.com.ar