19/06/2009

Arrufat: un sabor dulce a lucha, una fábrica de chocolates recuperada

Organización: Fábrica de chocolates Arrufat

La fábrica de chocolate Arrufat es un nuevo caso de recuperación de empresas por sus trabajadores. Luego de estar un mes y medio sin producir, 30 obreros resolvieron constituirse como cooperativa y pusieron en marcha las primeras producciones propias.

El 5 de enero de 2009, la jefa de personal de la fábrica de chocolates del barrio de Paternal puso un cartel que ordenaba a los empleados que “colaboraran abandonando la fábrica que ya no era rentable”, al tiempo que la empresa EDESUR cortaba el suministro de luz por falta de pago. Hacía nueve meses que la propietaria, Diana Arrufat, no pagaba salarios ni aguinaldos a sus empleados que trabajaban en la empresa desde hacía 20, 30 y hasta 43 años. Con el tiempo, los trabajadores se enterarían que tampoco se les estaban haciendo los aportes jubilatorios durante esos meses.

Desamparados y sin otra opción laboral, 30 trabajadores decidieron quedarse. A partir de la toma de la fábrica, los trabajadores empezaron a pensar en constituir una cooperativa aconsejados por vecinos que se acercaron. En ese momento, los obreros recibieron a trabajadores del hotel recuperado Bauen y sede de FACTA (Federación Argentina de Cooperativas Trabajadores Autogestionados), quienes los asesoraron sobre su nueva situación. Seguidamente, por decisión de la mayoría, optaron por constituirse como cooperativa, obtuvieron la matrícula y se integraron a FACTA.

Pero nada es fácil para la nueva entidad y el 5 de marzo cien efectivos de la Policía Federal intentaron llevarse una máquina refinadora que había sido comprada por un conocido de Diana Arrufat. “

Hoy en día, la cooperativa de trabajo Arrufat Vivise Ltda ha logrado la rehabilitación de la energía eléctrica por parte de EDESUR, que reconectará la luz cambiando la titularidad a nombre de la cooperativa. Queda pendiente, entre varias cuestiones por resolver, la falta de cobertura de obra social de los trabajadores.

Mientras transitan por esta experiencia, los obreros de Arrufat afirman no sentirse en absoluto “patrones”, sino que conservan su conciencia de trabajadores. “Hoy me toca estar de presidente de la cooperativa, pero si tengo que laburar y ponerme a cargar una bolsa al hombro lo hago también”, enfatizó Visuara y agregó: “si quisiéramos podríamos iniciar juicios laborales y acabar con lo que queda de la fábrica pero sabemos que el dinero se termina y ¿después qué?”

Se percibe una revalorización de ellos mismos a medida que logran superar cada escollo y asumir nuevas tareas y responsabilidades. A su vez, van aprendiendo día a día a mantener una nueva relación entre compañeros-socios, que privilegia la discusión y el diálogo en el espacio de la asamblea donde se toman todas las decisiones y se dirimen los conflictos. “A veces hay problemas, discusiones, como en una familia, compartimos buenos y malos momentos, hay que ceder en algunas cosas y en otras no pero en fin somos pocos y queremos estar tranquilos”-describió el presidente.

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