OPINIÓN: Educación y ecología integral en clave solidaria
Por Juan Fernando Álvarez, profesor de la Pontificia Universidad Javeriana
Finaliza este 2020 con un panorama global adverso por los múltiples efectos de la pandemia, pero a la vez de oportunidades para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas. Las diversas acciones implementadas nos dan señales para intuir que las medidas sanitarias son insuficientes si no se imbrican con medidas educativas, culturales, de política económica y de buenas prácticas empresariales, entre otras, que garanticen un ecosistema de condiciones para mitigar los efectos que trae la pandemia.
En este panorama, empresas de economía social y solidaria (EESS) han sido protagonistas de acciones transformadoras, potenciándolas por medio de una particular forma de crear valor que tiende a internalizar los costos de las externalidades de sus operaciones y a la vez generar valor social y ambiental. Esta particular forma de proceder se compagina con Acuerdos Globales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), las metas propuestas en conferencias como el COP21 y en exhortaciones como las Encíclicas Laudato Si y Frateli Tutide su Santidad Francisco y por ello las EESS lideran cada vez más espacios en las agendas globales.
Con una intencionalidad transformadora el Papa Francisco designó, junto ala Congregación para la Educación Católica, a la Universidad Sacro Cuore de Italia, Notre Dame de Estados Unidos, a la Universidad Católica de Australia y a la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, para liderar un Pacto Educativo Global que contribuya a un modelo de desarrollo incluyente, sostenible y creador de fraternidad, esperanza, paz y justicia. Le corresponde a la Universidad Javeriana liderar el componente de Ecología Integral y uno de los enfoques para abordarlo es el que privilegia la identificación, valoración y proyección de las EESS como organizaciones transformadoras que ponen en el centro de su accionar la protección de la vida, acompañan a la generación de valor económico con transferencias sociales en especie, contribuciones a los ODS y al bien común y que como resultado transforman la vida de sus grupos de interés, sus organizaciones y sus territorios.
El Papa Francisco nos recuerda que: “mientras el orden mundial existente se muestra impotente para asumir responsabilidades, la instancia local puede hacer una diferencia” (#179 Encíclica Laudato Si) y que “una economía integrada en un proyecto político, social, cultural y popular que busque el bien común puede «abrir camino a oportunidades diferentes, que no implican detener la creatividad humana y su sueño de progreso, sino orientar esa energía con cauces nuevos»” (#179 Encíclica Frateli Tuti)>. La educación transformadora en ecología integral es el puente para transitar hacia nuevas formas de hacer las cosas. La EESS es el vehículo.