Humanismo en las aulas. Entrevista al profesor de ética y mutualista Benito Uralde
El profesor Benito Uralde, 64 años, 46 como docente, se apasionará por más de una hora frente al grabador de Veintitrés para explicar, analizar y entusiasmar con su labor en el campo de la gestión solidaria en educación, y lograr que, de una buena vez, se implemente como política de Estado en la Argentina.
Uralde habla de cooperativismo y de mutualismo, da ejemplos, y aclara una y otra vez que cuando se refiere a él debe leerse su voz en plural, representa a AFECyM, asociación que reúne a educadores cooperativistas y mutualistas de todo el país y de muchos que trabajan silenciosamente con muy ricas producciones y acciones pedagógicas. Pasión y lucha, la de Uralde, que lo llevó a París para presentar a 60 naciones la aplicación de la Recomendación 193 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Y hacia allí fue Uralde convocado para exponer ante el mundo las virtudes de lo que se considera un gran aporte a la educación universal. Recomienda la OIT que las políticas nacionales deberían especialmente “promover la educación y la formación en materia de principios y prácticas cooperativas en todos los niveles apropiados de los sistemas nacionales de enseñanza y formación y en la sociedad general”.
Y que deben ser una política de Estado.
–¿Qué es la gestión de educación solidaria?
–La educación, desde una definición sintética, es una sola y apunta a que el ser humano crezca, se desarrolle y se realice como persona, tenga un proyecto de vida, de manera que termine logrando lo que llamamos genéricamente como felicidad. La gestión en educación solidaria parece un enfoque distinto dentro de la educación pero no lo es. Una persona se educa, se forma, por toda las experiencias, sistemáticas, dentro de la escolarización, o asistemáticas en su vida cotidiana. Y es ahí que podemos hablar de valores que son herramientas que permiten sostener el desarrollo de recursos, para lograr ese proceso de formación de la persona en relación con su ambiente. Define la Organización Mundial de la Salud que la educación debe brindar el logro de un estado de salud, definida como el completo bienestar de la persona en su ambiente físico, psíquico, afectivo. Y nuestra propuesta va en ese sentido.
–¿Pero específicamente qué es la educación en gestión solidaria?
–Educar desde un humanismo racional que le brinde a la persona, por ejemplo, dentro de una gestión solidaria, los bienes y servicios para que todos participen de una genuina generación de riqueza y de trabajo y que esos recursos se distribuyan en forma equitativa. Puede sonar a utopía pero no lo es, hay experiencias concretas de que es posible, como en los kibutz israelíes, en Rumania, Quebec, Inglaterra, España, etc…
Uralde da el ejemplo de la monumental Mondragón Corporación Cooperativa que surgió en el País Vasco, en 1956. Su fundador fue el periodista y sacerdote perseguido por Franco, José María Arizmendiarrieta, una experiencia que reúne a 120 cooperativas y da trabajo a 100.000 asociados (dueños de las empresas) .
La iniciativa radica en un principio básico del cooperativismo y el mutualismo, que Uralde deja en claro en distintos tramos del diálogo: “Esfuerzo propio y ayuda mutua”. Y un dato más: “Responsabilidad ante el trabajo”.
Recuerda el docente: “Cuando me recibí de maestro en 1963, quien determinaba las conductas de los adolescentes era el modelo de familia y la escuela, y en segundo lugar la influencia de la sociedad y los medios masivos de comunicación; hoy son los medios y los modelos de la sociedad los que determinan las conductas de los jóvenes. Y todo allí está impregnado por el virus del facilismo, por el éxito aparente. Por eso en este marco, en este presente, es fundamental fomentar la educación desde los principios cooperativos y mutuales, la ayuda mutua, y los valores de la solidaridad”.
–¿Y cómo se encuentra el país con respecto a la educación en este tipo de gestión?
–En el año 1884, en la ley 1420, la primera ley de educación, en sus artículos 42 y 57, señala que hay que promover la cooperación desde el punto de vista de los movimientos cooperativos que habían venido de Europa. Así lo menciona. Algunos educadores aisladamente lo hicieron en las escuelas, pero no se implementó en red. En 1954, Perón promulgó una ley en la que se dispuso como obligatorio en las escuelas este tipo de gestión. Pero no se cumple, porque el mismo general le dijo a un referente cooperativista de entonces que si cumplía con esa ley los muchachos de los sindicatos perdían las cajas de las obras sociales. En 1964, durante la presidencia de Arturo Illia, Carlos Perete puso la ley 16.583, que se debe promover el cooperativismo en las escuelas. Si bien esta iniciativa de Perete no está incluida en la Ley de Educación, es un buen impulso y fue un gran paraguas para, por ejemplo, maestras que habían vivido las experiencias cooperativas en el campo, para que aplicaran estas prácticas con sus alumnos.
–¿Y cuál sería un ejemplo de esta práctica con los alumnos?
–El cooperativismo y el mutualismo es, en sí, un impulso democrático: una persona un voto y siempre se respeta la decisión de las mayorías. Y con los adolescentes una buena práctica es conformar un laboratorio con fines didácticos: una empresa, por ejemplo, en la que se apliquen los valores, donde no exista el lucro sino el bien común.. Me parece que es fundamental no pasar de largo que para el cooperativismo el quinto principio –y el sexto en el mutualismo– es brindar educación. Lo que se hace en varias provincias o en parte de ellas. El ejemplo más avanzado es el Chaco. También Santa Fe, Córdoba está trabajando muy seria y sólidamente, Corrientes, La Pampa, La Rioja, parte de Santiago del Estero, Tucumán, Buenos Aires, Entre Ríos, etc.
En 2002, la OIT en Ginebra dictó su Recomendación 193 en la que brega porque se fomente el cooperativismo como la comprobada solución para acabar con la exclusión, violencia, ignorancia, autoritarismo y hambre en el mundo. Y en un seguimiento que realizó la Organización Internacional del Trabajo sobre su iniciativa en el mundo, comprobó que sólo en la Argentina se logró e impulsa la inclusión del tema como política de Estado desde el sistema formal de educación nacional.
Y en eso, en verdad, anda Uralde desde hace tiempo: que en la Ley de Educación nacional se incluyó el artículo 90º elaborado por los cooperativistas y mutualistas que él conduce. Dice el artículo: “El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología promoverá, a través del Consejo Federal de Educación, la incorporación de los principios y valores del cooperativismo y del mutualismo en los procesos de enseñanza-aprendizaje y la capacitación docente correspondiente, en concordancia con los principios y valores establecidos en la Ley N° 16.583 y sus reglamentaciones. Asimismo, se promoverá el cooperativismo y el mutualismo escolar”.
Con el ex ministro de Educación Juan Carlos Tedesco ya habían logrado un entendimiento significtivo y sólido avance con un trabajo en equipo. Ahora esperan que el actual ministro Alberto Sileoni los reciba, continúe el trabajo articulado que siguen aportando de acuerdo a lo acordado a fines de 2008 y avancen en la implementación del artículo, en sintonía con lo que propone la OIT y la Ley 26206 como política de estado.
Consensuamos una estrategia sensata y racional, avanzando después de constatar que las comunidades educativas están capacitadas y tienen la convicción de lo que se debe hacer. Estamos trabajando sólida y oficialmente aportando al Ministerio las herramientas para ello. Ya se realizaron cinco Encuentros Nacionales elaborando dichos aportes, todos declarados de Interés Educativo Nacional por el Ministerio Nacional de Educación y Secretaría General de Presidencia. No caminamos aislados, sino en coordinación institucional con el Ministerio.
“Pero hay que seguir trabajando siempre para echar las bases de un educación solidaria, una pedagogía de ayuda mutua”, señala Uralde. Y continúa: “Si consideramos que la democracia republicana indudablemente no da lugar a discusión sobre que es el mejor sistema de gobierno conocido hasta ahora, con su división de poderes, del mismo modo, la educación en los principios y valores, teorías y prácticas del cooperativismo y el mutualismo es la mejor educación humanista”.